asado sanguinario dde paletilla
Un par de mesitos a temperaturas muy bajo cero, y ¡zas!: veo un pedazo de inocente ternera, que nunca ha hecho daño a nadie, que hasta hace un par de días miraba con sus inmensos ojos marrones a su mamá la vaca, y me sorprendo a mí misma salivando y pensando en asados de paletilla.
Dominada por este impulso carnívoro, me he currado un asado de paletilla de ternera "À la Janette". El nombre viene de la entrañable Janette Bertrand, una veterana actriz quebequesa, que es algo así como esa abuela que todos quisimos tener, una Carmen Sevilla quebequesa y feminista, y la primera persona a la que escuché explicar la receta. Es una de esas recetas "Don't make it, fake it" de por aquí que tanto me gusta, por varias razones: se cuece lentamente (unas seis horas), con lo que todos los jugos de la carne se van destilando deliciosamente, el resultado de una cocción lenta es una carne increíblemente tierna, que puede cortarse con una cuchara, y la preparación es prácticamente inexistente (menos de cinco minutos). Me explico:
Ingredientes
-Sanguinario filetón de paletilla de ternera (o buey, si no tenéis barriga, cuanto más graso, mejor, ggrrrr) de al menos 3 cm. de espesor.
-Sobre de sopa de cebolla
.......................................
Se echa un poco de pimienta sobre el cadáver del pobre animal, se corta un buen pedazo de papel de aluminio, suficiente para envolverlo, el papel se unta ligeramente de aceite de oliva, se espolvorea con un poco del sobre de sopa, se coloca la tajada encima, se espolvorea con el resto de sopa -atención, no saléis la carne, la sopa ya contiene mucha sal-, se cierra bien el paquete asegurándose de que está lo más hermético posible, y se mete en el horno -en una fuente- a baja temperatura, entre unos 110 y unos 130 grados, depende del tiempo del que dispongáis y del espesor del filetón.
Para daros una idea, en mi horno -de convección- un filete bestial y prehistórico de 1 kilo 400 gramos tarda unas seis a siete horas, depende de la cantidad de grasa y de cuánto abra el horno. Cada horno es diferente, pero calculad que debéis meter la carne en el horno por la mañana, para que esté lista para la cena. Y refrescaros las reglas de tres que aprendisteis en el cole. Si queréis refinar un poco la cosa, a media cocción podéis añadir zanahorias, setas y patatitas.
Yo formé una montaña con las setas (cantarelas) cubriendo el filete, así el juguillo de los hongos impregnó la carne... mmmm, además lo regué con un poco de vino tinto. Y me curré un purecito de patatas como acompañamiento. Si queréis hacer esta receta trabajando lo menos posible, una ensalada verde para acompañarla es todo lo que necesitáis para una cena completa.
Después de zamparos esto, no organicéis ningún tipo de actividad que requiera agilidad física o mental. El único esfuerzo violento del que seréis capaces será el de estirar la manta por encima de la barriga, para dormiros una siestecilla.
El olor que flotará en vuestra cocina puede atraer osos, que no se diga que no os he avisado.
Publicado por Arantza en miércoles,
Dominada por este impulso carnívoro, me he currado un asado de paletilla de ternera "À la Janette". El nombre viene de la entrañable Janette Bertrand, una veterana actriz quebequesa, que es algo así como esa abuela que todos quisimos tener, una Carmen Sevilla quebequesa y feminista, y la primera persona a la que escuché explicar la receta. Es una de esas recetas "Don't make it, fake it" de por aquí que tanto me gusta, por varias razones: se cuece lentamente (unas seis horas), con lo que todos los jugos de la carne se van destilando deliciosamente, el resultado de una cocción lenta es una carne increíblemente tierna, que puede cortarse con una cuchara, y la preparación es prácticamente inexistente (menos de cinco minutos). Me explico:
Ingredientes
-Sanguinario filetón de paletilla de ternera (o buey, si no tenéis barriga, cuanto más graso, mejor, ggrrrr) de al menos 3 cm. de espesor.
-Sobre de sopa de cebolla
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Se echa un poco de pimienta sobre el cadáver del pobre animal, se corta un buen pedazo de papel de aluminio, suficiente para envolverlo, el papel se unta ligeramente de aceite de oliva, se espolvorea con un poco del sobre de sopa, se coloca la tajada encima, se espolvorea con el resto de sopa -atención, no saléis la carne, la sopa ya contiene mucha sal-, se cierra bien el paquete asegurándose de que está lo más hermético posible, y se mete en el horno -en una fuente- a baja temperatura, entre unos 110 y unos 130 grados, depende del tiempo del que dispongáis y del espesor del filetón.
Para daros una idea, en mi horno -de convección- un filete bestial y prehistórico de 1 kilo 400 gramos tarda unas seis a siete horas, depende de la cantidad de grasa y de cuánto abra el horno. Cada horno es diferente, pero calculad que debéis meter la carne en el horno por la mañana, para que esté lista para la cena. Y refrescaros las reglas de tres que aprendisteis en el cole. Si queréis refinar un poco la cosa, a media cocción podéis añadir zanahorias, setas y patatitas.
Yo formé una montaña con las setas (cantarelas) cubriendo el filete, así el juguillo de los hongos impregnó la carne... mmmm, además lo regué con un poco de vino tinto. Y me curré un purecito de patatas como acompañamiento. Si queréis hacer esta receta trabajando lo menos posible, una ensalada verde para acompañarla es todo lo que necesitáis para una cena completa.
Después de zamparos esto, no organicéis ningún tipo de actividad que requiera agilidad física o mental. El único esfuerzo violento del que seréis capaces será el de estirar la manta por encima de la barriga, para dormiros una siestecilla.
El olor que flotará en vuestra cocina puede atraer osos, que no se diga que no os he avisado.
Publicado por Arantza en miércoles,
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